Apple ha tenido unos días bastante moviditos en cuanto a críticas. El New York Times publicó un informe describiendo cómo la compañía de Cupertino se las ingenia para evitar el pago de impuestos, y cómo esas ideas han sido adoptadas por otros gigantes tecnológicos para hacer lo mismo. No estamos hablando de nada ilegal, sino de técnicas como por ejemplo tener una oficina en Reno que ahora 20 millones de dólares en tasas desde California.
La respuesta de Apple ha sido clara y concisa, recordando al país norteamericano que es una de las empresas que más impuestos paga:
Apple paga una cantidad enorme de tasas que ayudan a nuestros gobiernos locales y federales. Durante la primera mitad del año fiscal 2012 nuestras operaciones en los Estados Unidos han generado casi cinco mil millones en impuestos locales y federales, incluyendo impuestos de ganancias de personal, lo que nos convierte en una de las empresas que más aportan a los ingresos de los impuestos de los Estados Unidos.
Apple también ha defendido su modo de hacer las cosas argumentando que ha sido responsable de crear más de medio millón de puestos de trabajo en los Estados Unidos, sin contar los puestos de trabajo de otros países como China o Brasil y todos los desarrolladores que han encontrado ingresos y beneficios en la creación de aplicaciones para la App Store.
Es más un problema ético y no un problema legal, y desde Apple la opinión es que el estado no debería poner la lupa en los números de una compañía que es una de las que ahora mismo rinde más en esta época de crisis económica global.