Es curioso observar la historia de los objetos que nos rodean en nuestro día a día. Si retrocedes en el tiempo, los primeros modelos de casi cualquier producto descuidaban su diseño y materiales. Bastante hacían con funcionar correctamente y no saltar en pedazos.
Fíjate en el primer coche que utilizaba un sistema de combustión interna, un motor de gasolina, vamos. Fue construido por Karl Benz a finales del siglo XIX y parecía un carro de época tirado por caballos, solo que sin caballos (ver imagen de portada). Con el paso de los años, el refinamiento de las diferentes técnicas y la demanda e interés creciente del público, los coches fueron evolucionando. Distintos fabricantes surgieron, intentando diferenciarse unos de otros mediante prestaciones y diseño.
El diseño importa cuando tienes que utilizar algo todos los días
Lo mismo ocurrió con las primeras lavadoras. Con los primeros relojes de muñeca. Las motocicletas. Las gafas de ver y de sol. Las zapatillas de deporte. Con cualquier cosa que se popularizara entre el público de forma masiva. La necesidad del ser humano por tener algo suyo, algo que les definiera como persona y que fuera diferente a lo que tenían los demás siempre ha estado ahí. Puede que no te hayas dado cuenta, pero cuando te compras cualquier cosa y alguien te pregunta por qué, invariablemente sueles terminar contestando:
—Por que me gusta.
Y no tienes que dar más explicaciones. Te gusta a ti, que es a quien le tiene que gustar. No a tus padres, ni a tus amigos, ni a tu novia, ni al vecino del 4º piso. Tú eres el que va a llevar esas gafas todos los días. El que va a conducir esa moto a la oficina. El que quiere (o no) llamar la atención con ese corte de pelo.
Moda, tecnología y Apple
Con la tecnología ha sucedido lo mismo, se ha popularizado o consumerizado al mismo tiempo que ha reducido sus precios. En el momento en que ha entrado en contacto con millones de personas, de repente el diseño ha pasado a ser algo prioritario para muchas personas. Que un producto de alta tecnología que utilizo todos los días sea agradable de ver, oír y tocar. Que sea sexy y te entre por los ojos.No es casualidad que Apple haya destacado desde el principio por sus diseños. Steve Jobs era el único que decidió que podía y debía hacer algo diferente en una industria basta y sin pulir. Algo distinto a lo que se estaba haciendo. Algo con lo que la gente de a pie podía sentirse identificada. Vio el panorama alrededor de los ordenadores personales caracterizado por:
- Cajas angulosas.
- Colores con mucho beige y gris.
- De aspecto intimidante.
- Complejos de utilizar.
Y no le gustó lo que tenía ante sus ojos. Tuvo la valentía, visión o como quieras llamarlo de hacer algo distinto con Apple. Bajo su batuta, no sólo fabricaron dispositivos con un diseño atractivo sino que los hizo fáciles de manejar para el usuario medio. Y le dio la vuelta a la tortilla, en especial con los iMac originales:
- Esquinas redondeadas.
- Translúcidos y de colores.
- Con un asa que le daba al usuario la opción de transportarlo (a riesgo de romperse la espalda).
- Fácil de manejar.
Automáticamente, la conversación se trasladó de las características técnicas y las especificaciones hacia el diseño, la manejabilidad y lo intuitivo de su sistema operativo. Hizo con los ordenadores lo que Sony había hecho con los reproductores de música o Braun con los electrodomésticos. Que la gente comprase sus productos porque les gustaba, no por lo potentes que eran. ¿Y sabes qué es lo más curioso? Que había millones de personas dispuestas a pagar más por un producto bien construido que por uno más potente.
La moda se instala en la tecnología de consumo
Lo que muchas veces no comprendemos los geeks es que hay una parte determinada de la población que aprecia un buen diseño y la experiencia de usuario lo suficiente como para soportar un precio superior. Ahí es donde entra Apple con sus productos, usabilidad y también su ecosistema.Apple sabe que para ser diferente a los demás fabricantes debe ofrecer algo que compita en un plano distinto al de la carrera de las especificaciones de la competencia. Ya lo vimos en otro post: es mucho más difícil poner precio al valor intangible que a una característica técnica. Por eso no es casualidad que:
- Ficharan a Angela Ahrendts, antigua CEO de Burberry, para que se encargase del área de Retail. A una persona que ya es CEO de una gran compañía y que ya tiene dinero a espuertas, ¿qué se le puede ofrecer para que acepte un cargo de vicepresidente en una compañía tecnológica?
- Eddy Cue entrase a formar parte del consejo de administración de Ferrari hace unos años. Hace poco cuando Apple anunció CarPlay, Ferrari confirmaba su participación en el lanzamiento.
- Paul Deneve, antiguo CEO de Yves-Saint Laurent, fuera contratado por Apple para trabajar en proyectos especiales.
Cuando los ejecutivos de Cupertino presentaron el iPhone 5s, dejaron caer que el buque insignia de Apple se construía como si se tratara de una joya. La tecnología ha dejado de ser cosa de techies y ahora mismo hay ahí fuera millones de personas que utilizan un iPhone y un iPad como los dispositivos mejor capacitados para saciar sus necesidades informáticas. ¿Cómo no iba a ser importante lo que dicen estos objetos de sus dueños?
Imágenes | iMac G3 500Mhz (2001) “Indigo” de Carl Berkeley, Benz Patent-Motorwagen de pilot_micha y Fortune Global Forum 2013 de Fortune Live Media.
En Applesfera | Por qué el ecosistema de Apple es a prueba de competidores, CarPlay también se sube al nuevo Ferrari FF, Angela Ahrendts, la CEO de Burberry, se une a Apple como vicepresidente senior de Retail y tiendas online.
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La noticia La tecnología ya no es exclusiva de frikis y en Cupertino lo saben fue publicada originalmente en Applesfera por Eduardo Archanco.