En diciembre de 1983, un año antes de que un servidor naciera, el mítico anuncio ‘1984’ se emitió por primera vez en la cadena local KMVT del estado de Idaho. Prometía una gran novedad para el mes que viene: el Macintosh. Y lo hacía con el texto que puedes ver justo encima, que culminaba un anuncio ambientado en un ‘gran hermano’ que en esa época Steve Jobs veía en IBM. Se emitió justo antes de terminar el año para que pudiera entrar a concursar en unos premios.
El 17 de enero de 1984 el anuncio pudo verse en algunos cines antes de que que empezase la película, y finalmente tuvo su punto culminante emitiéndose en plena liga Superbowl, considerado el evento deportivo más importante del continente americano. Estaba claro: Apple iba a poner toda la carne en el asador con ese ‘Macintosh’ que tenía entre manos. El mercado de la tecnología estaba en vilo.
Curiosamente, el anuncio no caló nada bien entre los directivos de Apple de la década. Nada más verlo, Mike Markkula propuso cambiar de agencia publicitaria. Pero a Wozniak le encantó a tal nivel que se ofreció a pagar la mitad de lo que costaba emitirlo en la Superbowl (400.000 dólares de la época) con sus ahorros personales. Al final no fue necesario, pero el gesto sirvió para ver la diferencia de impresiones entre los empresarios y los creadores de Apple. Los días posteriores a su emisión, el anuncio fue protagonista de varios programas. A día de hoy, se considera uno de los mejores anuncios de la historia.
Pero durante los días de emisión del anuncio Steve Jobs tenía otros problemas. Problemas mucho más importantes. Su equipo de rebeldes, de piratas, los creadores de ese misterioso Macintosh que todo el mundo quería ver, estaba exhausto tras meses de trabajo. La tarea más urgente en aquellos escasos días que les quedaban antes de la presentación se tenían que invertir urgentemente en crear una demostración para mostrarla en la keynote.
“Quiero que el Macintosh sea el primer ordenador que se presente a sí mismo“
La moral de Steve, como siempre, no ayudó. Desechaba tajantemente muchas noches en vilo de trabajo, buscando la perfección más absoluta. Jobs quería dejar al público petrificado, así que tras ver lo que se podía hacer con un traductor de texto a voz, lo tuvo claro: “Quiero que el Macintosh sea el primer ordenador que se presente a sí mismo“.
Pero como en todos los lanzamientos de Apple, las cosas fueron in extremis. Los ensayos de la noche anterior a la presentación fueron un desastre, con un Steve Jobs diciendo que hacía falta repararlo casi todo. Desde los fallos de animación en el texto que iba a aparecer deslizándose horizontalmente en pantalla hasta el ángulo de los focos que iluminaban el escenario. Para Jons, todo tenía su sentido. Era “el día más importante de su vida“. Habría que compararlo con la presentación del iPhone o el iPad, pero no cabe duda de que no estaba exagerando.
En la hora H del día D, Steve apareció vestido con un traje y llevando una bolsa ante más de 2.600 personas. Esto fue lo que dijo antes de presentar el Macintosh al mundo:
Ya estamos en el 1984. Parece que IBM lo quiere todo. […] El mercado, después de recibir a IBM con los brazos abiertos, ahora teme que un futuro controlado por IBM y gira su atención hacia Apple como la única fuerza que puede garantizar su futura libertad. IBM lo quiere todo y apunta sus armas hacia el último obstáculo que queda antes de controlar toda la industria: Apple. ¿Conseguirá el ‘Gran Azul’ dominar toda la industria de los ordenadores? ¿Toda la era de la información? ¿Tenía razón George Orwell?
A continuación, Steve hizo lo que todo el mundo sabe.
En lo que duró esa presentación, Apple revolucionó por completo la informática personal. Como agradecimiento, Steve Jobs regaló ediciones especiales y personalizadas de los primeros Macintosh 128k a todo el equipo que hizo ese lanzamiento posible. Definitivamente, se había hecho historia. Y cualquier persona que tuviera 2.495 dólares ahorrados podía comprar ese pedazo de historia.
La idea del asa integrada en el ordenador para poder transportarlo me fascinaba
Es curioso. Recuerdo poder usar uno de estos Macintosh en casa de unos amigos, cuando era mucho más joven, como si fuera ayer. En ese momento la familia lo utilizaba para los estudios de sus hijos y la redacción de documentos, y aunque la pantalla me parecía pequeña me fascinaba la idea de un ordenador ‘todo en uno’ que incluso tenía una asa para poder ser transportado fácilmente.Era la época en la que las películas de Regreso al Futuro tenían pocos años, y siempre me hacía gracia ver esa escena en la que Marty McFly viajaba al Hill Valley de 2015 y se encontraba con un Macintosh en el escaparate de una tienda de antigüedades. Siempre pensaba: ¡Pero si es el ordenador que tiene mi amigo!
Hace dos semanas fui a una maratón de las tres películas de Regreso al Futuro celebrada en Barcelona con unos amigos. Cuando llegamos a esa escena bromeé: “Anda, mira, se van al año que viene“. Pero cuando Marty le echa un vistazo a ese escaparate es cuando te das cuenta. Vale, los hologramas de tiburones y los coches voladores no se han hecho realidad, pero ver un Mac en una tienda de antigüedades es ahora mismo algo normal. Caro, pero normal.
Apple no aprovechó la revolución del PC, pero sí que la inició
A parte de darte cuenta de lo mayor que te estás haciendo (canas, sé que estáis cerca), esa escena consigue mostrar cómo por mucho que cambien las cosas el origen de la informática personal seguirá siendo el mismo: el Macintosh. El ordenador-base con el que el resto de computadoras evolucionó. Quizás Apple no se llevó todos los beneficios de esa revolución con el Windows de Bill Gates, pero escrito queda en la historia quién lo empezó todo.Un equipo de piratas. Un equipo de personas, lideradas por Steve Jobs, que no querían aceptar lo que para el resto del mundo era el curso natural de la tecnología. Querían cambiarlo todo, y lo consiguieron. Y Apple lo conseguiría varias veces más.
Cruzo dedos para que el aeropatín esté en los planes de Tim Cook.
En Applesfera | Especial 30 aniversario Macintosh
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La noticia El ordenador que se presenta a sí mismo [Especial 30 aniversario Macintosh] fue publicada originalmente en Applesfera por Miguel López.