Desde la llegada del iPhone y resto de los smartphones, el mercado de los auriculares ha estallado. Ya tenía buena salud con los iPod, pero ahora tenemos una nueva generación de auriculares con botones en los cables, tecnología Bluetooth y cancelación de ruido activa que tienen muchas más funciones de las que nos podemos imaginar. Vamos a echarle un vistazo a un ejemplo de estos auriculares, los Parrot Zik.
Ya hay interés hasta antes de abrir la caja, porque los Zik representan el intento de Parrot para entrar en el sector de los auriculares de gama alta. Hasta ahora siempre habíamos conocido a esta marca por sus soluciones de manos libres en los coches, o por el popular AR.Drone.
Parrot Zik: grandes dimensiones combinadas con un buen acabado
Los Parrot Zik son grandes, muy grandes, incluso para el tipo de auriculares que son. Pero sus materiales y colores hacen que sean bastante discretos. Y es un acierto, porque algunos auriculares around-ear son demasiado llamativos como para llevarlos por la calle sin tener la sensación de que todo el mundo nos mire. Su aspecto es muy formal, con acabados metálicos y de piel en la diadema. Es, sin duda, un accesorio de gama alta.
Al abrir la caja tenemos un cable de auriculares, un cable de conexión USB al ordenador y una pequeña batería que se coloca en los auriculares para poder escuchar música mediante Bluetooth. Colocar esa batería me ha dado la primera sorpresa: lo que puede asustar porque implica levantar la tapa del casco derecho resulta ser algo muy fácil gracias a que dicha tapa es magnética y se puede retirar sin esfuerzo. Además queda bien sujeta en cuanto la cerramos, no nos deja el miedo en el cuerpo de si puede caerse al andar.
Una vez colocada, podemos cargar la batería conectando los auriculares al ordenador con el cable USB (no tenemos adaptador de corriente). La carga dura unas pocas horas, y su rendimiento deja algo que desear: forzando a escuchar música a alto volumen, su nivel ha descendido un 4-5% en veinte minutos. Además hay que tener cuidado de no dejarse los auriculares encendidos aunque no estén conectados a ningún dispositivo, ya que la batería sigue agotándose a un ritmo de un 70% en ocho horas.
Calidad de sonido: ideal para los “audiófilos” perfeccionistas
Las primeras impresiones de los Parrot Zik engañan. Si los conectas directamente a un Mac o un iPhone y empiezas a reproducir música, la sensación que tienes es de estar escuchando un sonido ‘enlatado’ y con una regulación de los graves pésima que provoca una fuerte distorsión. Estamos ante uno de esos accesorios en los que, antes de lanzarnos a usarlos directamente, hay que abrir el manual y ver que van de la mano de una aplicación para el iPhone que regula el sonido.
Dicha aplicación, llamada Parrot Audio Suite, nos ofrece un ecualizador con el que modificar a nuestro gusto las preferencias del sonido que tengamos junto con accesos directos al estado de la batería de los auriculares. También tenemos acceso a la cancelación de ruido y modos de escucha que simulan estar en varios tipos de sala, donde podemos incluso cambiar la experiencia de sonido como si estuviésemos modificando la posición de los altavoces en esa sala.
Sí que aprecias cambios en la música a medida que vas modificando esas preferencias de sonido, aunque no tengo oreja de profesional de audio como para valorar si mejora o no. De todos modos, en general notas como los auriculares procuran suavizar las subidas bruscas de volumen de las canciones y que los graves son excelentes una vez tenemos la aplicación para iPhone activa. La lástima es que dicha aplicación no nos detecte los auriculares si prescindimos del Bluetooth y los conectamos con el cable tradicional.
Y ya que hablamos de volumen: los Parrot Zik tienen su propio nivel de volumen independiente, con lo que podemos controlar el volumen del teléfono independientemente del de la música que estemos escuchando. Dependiendo de cómo lo usemos, para unos puede ser bueno y para otros malo.
La mejor arma: sus sensores
Si sólo pudiera destacar algo de los Parrot Zik, sería sin duda sus sensores. Detrás de los aparentemente lisos y simples cascos se esconde un sensor táctil que nos permite deslizar el dedo para efectuar acciones: adelante y atrás para avanzar o retroceder canciones, arriba y abajo para subir y bajar el volumen, un toque para pausar y/o responder a llamadas…
Es lo más cómodo que he visto en mucho tiempo y en unos auriculares, porque no tienes que concentrarte en pulsar un botón mientras vas andando. Deslizar el dedo es una acción que te distrae mucho menos, por lo de no tener que pulsar y no tener que buscar el botón. Ah, y cuando nos ponemos los auriculares en el cuello la música se pausa automáticamente, para reanudarse en cuanto nos lo volvemos a colocar. Es, sin duda, la principal ventaja de los Zik y un motivo para considerarlos ideales para el iPhone.
En definitiva, y aunque sus 350 euros hacen que sean algo prohibitivos, los Parrot Zik son una opción a tener en cuenta si estamos buscando auriculares de calidad para nuestro iPhone. Los recomendaría para aquellos que quieren modificar en detalle las preferencias de audio con sus modos y ecualizadores hasta conseguir el perfil perfecto para ellos, pero no para aquellos que quieran calidad nada más sacar los auriculares de la caja.
En Xataka | Parrot Zik, análisis en vídeo