Dedicado con cariño y gratitud a Steve Jobs, nuestro compañero, mentor y amigo
Bonito gesto el de los chicos de Pixar para su co-fundador, Steve Jobs. Un árbol con una placa que quizás sirve como un recuerdo más íntimo de este visionario genio que el edificio The Steve Jobs Building situado también en el campus del conocido estudio de animación en California.
El importante papel que Jobs jugó con Apple en el mundo de la tecnología es bien conocido por todos pero son menos los que relacionan su nombre al estudio responsable de películas de Toy Story, Buscando a Nemo, Up o la reciente Brave. Y es que sin Jobs, quizás ninguna de las obras maestras de Pixar habrían sido posibles.
Todo comenzó con un divorcio, el de George Lucas, quien tuvo que vender a precio de saldo una división de Lucasfilm conocida como The Graphics Group para sanear sus cuentas. Steve Jobs apostó por la compañía adquiriéndola por cinco millones de dólares e invirtiendo otros cinco más como capital durante su refundación junto a John Lasseter bajo el nombre de Pixar en febrero de 1986.
Por aquel entonces Pixar era una compañía de hardware dedicada a la creación de estaciones gráficas de trabajo con un pequeño departamento de animación que realizaba primitivos cortos en 3D para promocionar la potencia y prestaciones de las estaciones y su software. Era una fracaso, un agujero negro de dinero que estuvo a punto de llevar a la quiebra a Jobs.
Todo cambio en 1991 cuando Pixar y Disney firmaron un acuerdo para realizar Toy Story, la primera película de animación por ordenador de la historia del cine. El film fue un éxito y Lasseter se llevó merecidamente todo el mérito, pero fue Jobs quien ejerciendo como productor ejecutivo cerró el trato con Disney e hizo posible todo lo que le seguiría.
Al final, una vez demostrado que había un mercado para este tipo de producciones, el mayor acierto de Jobs fue hacerse a un lado y si en Apple siempre ejerció como esa figura obsesionada con los detalles que se implicaba en todos los aspectos del diseño y desarrollo de sus productos, en Pixar utilizó el enfoque opuesto, delegando por completo en Lasseter la dirección artística del estudio mientras él se ocupaba de proporcionarles cuanto necesitasen. Ni más, ni menos. Un mismo CEO, dos estilos de dirección con un resultado igualmente exitoso.
Volviendo al precioso árbol del campus de Pixar y su placa, mencionar que la inscripción es idéntica a la que encontramos en los títulos de crédito finales de Brave, otro ejemplo más del legado de Jobs y humilde reconocimiento de que sin él, tampoco habrían existido ninguna de estas maravillosas películas.
Vía | AppleInsider
En Applesfera | Pixar bautiza el edificio principal de su campus con el nombre de Steve Jobs