“Un iPod. Un teléfono. Un dispositivo para Internet.
No son tres cosas distintas, se trata de un único dispositivo.
Y vamos a llamarlo… iPhone.”
Steve Jobs, MacWorld 2007
El año comenzó interesante. La página web de Apple mostraba un mensaje contundente a principios de Enero de 2007: “Los primeros 30 años fueron sólo el principio. Bienvenidos a 2007“. Bajo estas palabras, el logotipo de Apple en negro arropado por brillos de luz, dejaba bien claro que la compañía iba a apostar muy fuerte ese año. El propio Steve Jobs había afirmado, meses atrás, que “2007 sería el año más impresionante de toda la historia de Apple“. Y vaya si lo fue.
Los acostumbrados a seguir las keynotes de Apple nos confiamos, aunque sin bajar la guardia. Comenzó la presentación con el obligado pase de cifras que a muchos nos parecían los títulos de crédito de una película mucho más interesante. Entonces, toda la pantalla se llenó de la manzana de Apple en negro. Jobs se apartó a un lado y no habló. Levantó la cabeza y miró al público, completamente en silencio: “Hoy es el día que llevo esperando desde hace dos años y medio“.
Dos años y medio antes, la compañía experimentaba con una nueva interfaz hardware, llamada pantalla multi-touch. Esta pantalla permitía utilizar varios puntos de presión para interactuar con el software, y en Apple vieron por fin la oportunidad que aparcaron con el Newton. Parece que la nueva tablet ya tenía luz verde. Sin embargo, los costes de fabricación eran demasiado elevados para una pantalla tan grande, y desestimaron el proyecto por el momento, aunque la tecnología apuntaba muchas posibilidades y una pantalla más pequeña era perfectamente viable… quizás para un móvil.
iPhone, cinco años después
Hoy, ahora, es un buen momento para repasar aquella presentación. La podéis conseguir con buena calidad desde los podcasts oficiales que Apple tiene en iTunes. Viéndola, no se puede evitar caer en cierto sentimiento de inocencia al observar como el público se sorprendía por la ampliación de una foto simplemente pellizcando la pantalla, por coverflow deslizado por un dedo, o cómo Jobs navegaba entre las canciones de un disco en una lista que simulaba el efecto de la inercia del mundo real.
Hoy lo vemos tan habitual, que incluso a alguno le sorprenderán esas reacciones. Quizás no hubiese nada nuevo en una pantalla multitáctil. La cámara era regular. El diseño a algunos no terminó de gustarle. Quizás el software podría haber sido más completo. Sin embargo, combinando todos los elementos, todas las piezas encajadas correctamente, se consiguió un dispositivo que barrió en experiencia de usuario a cualquier otro terminal de la época y situó un buen punto de partida (o de vuelta al comienzo) para la competencia. Había llegado el iPhone, y nadie podía mirar hacia otro lado.
Años después, como seguidores del mundo de la tecnología, podemos estar contentos no sólo del iPhone, sino del impulso que éste dio al resto de compañías que durante años parecían dormidas. Hoy, el mercado de los smartphones es interesantísimo no sólo por el iPhone, sino por el gran nivel de la competencia. Y eso es bueno especialmente para nosotros, los consumidores.
Para terminar este pequeño recuerdo al quinto aniversario de la presentación del iPhone, os dejo con una cita con la que el propio Jobs acabó su presentación, del jugador americano de hockey sobre hielo Wayne Gretzky:
“Patino hacia donde el disco va a estar,
no donde ya ha estado.”
En Applesfera | Vivir con un iPhone (mi primera review al iPhone original, hace cinco años)