Aunque la semana pasada recibimos con gran optimismo el anuncio por parte de Nokia de que llevaría sus nuevos mapas a iOS, el aterrizaje de HERE Maps en la App Store no ha sido un aterrizaje, sino una terrible colisión contra la pista. Hacer mapas no es sencillo, ya nos lo demostró Apple, pero Nokia no tiene la excusa de ser nuevos en el negocio.
HERE Maps se presenta como una alternativa más a los mapas de Apple, una alternativa bastante pobre con demasiadas sombras que oscurecen sus posibles virtudes. Sí, tiene descarga de mapas para movernos por ellos sin conexión, cálculo de rutas a pie y de transporte publico, puntos de interés, estado del tráfico, colecciones de lugares y mapas creados por los usuarios en “países seleccionados”. Pero ahí terminan las buenas noticias.
Los mapas utilizan los datos de NAVTEQ, de gran precisión y calidad… al menos en las áreas cubiertas. Tokio, una de las mayores capitales mundiales, parece uno de los desérticos parajes que podemos encontrar en la ruta 66. Y eso cuando la aplicación funciona como se supone que debería, registrando con frecuencia un molesto parpadeo, mapas que no terminan de ocupar toda la pantalla o un desesperante error que hace que la vista cambie constantemente a tu posición actual, incluso aunque lo único que intentes hacer sea explorar otros países para planificar tu próximo viaje.
Afortunadamente, el estado de los mapas en Japón no es la principal preocupación de los usuarios españoles. Lástima que un rápido paseo por nuestra geografía nos revele otras carencias, como imágenes satélite que pese a no tener las nubes de Apple, convierten a ciudades como Tarragona en poco más que un borrón.
La opción para descargar los mapas funciona sin contratiempos, y probablemente a día de hoy sea uno de los pocos motivos que justifiquen mantener la app en nuestro iPhone, iPad o iPod touch. Pero la ausencia de navegación paso paso llega justo después como un jarro de agua fría. Sí, hay navegación por voz en rutas a pie, pero no para automóvil. Misterios de la vida.
Nokia ha desaprovechado una oportunidad de oro no solo para posicionarse como la alternativa a los mapas de Apple y Google, especialmente mientras estos se deciden a sacar o no la app nativa para iOS, sino para demostrar su buen hacer y con un poco de suerte tentar a los usuarios a probar el resto de sus productos.
En lugar de eso, recibimos una aplicación que ni tan siquiera está traducida al castellano, plagada de errores, sin el menor ápice de integración con el sistema (las opciones para compartir por Twitter o Facebook nos envían al navegador pese al soporte de iOS 6 para estas redes), y con unos mapas que como en el caso de Apple, son válidos para algunos usuarios, pero no para todos los usuarios.