Apple presentó ayer el iPhone 5 para regocijo de muchos y enfado de otros. Un nuevo teléfono con un diseño que hereda lo mejor de los modelos anteriores y lo perfecciona hasta un nivel sobresaliente. No es radicalmente diferente, ni necesita serlo. Como bien subraya Jonathan Ive en el vídeo oficial de presentación del nuevo iPhone, su objetivo no era simplemente hacer un teléfono nuevo, querían hacer un teléfono mucho mejor.
Algunos opinan que no lo han logrado, pero claro, cuando tan solo incorporas una pantalla que es mejor y no simplemente más grande; le añades un procesador que duplica el rendimiento de su predecesor; mejoras sus cámaras para lograr una calidad superior, no limitándose a añadir megapíxeles sino perfeccionando todos y cada uno de los factores que de verdad importan; lo dotas de la última tecnología en comunicaciones inalámbricas; rediseñas por completo su conector, su sistema de sonido, sus auriculares; cuando tan solo lo haces más ligero y delgado, tan solo amplias su autonomía… ¿acaso no es normal estar decepcionado?
No voy a discutir con nadie que los rumores han asesinado, descuartizado, aniquilado la sorpresa. No voy a discutir que cuando acostumbras a todo el mundo a darle la vuelta a la tortilla tantas veces, todo lo que no sea revolucionar parece casi que sabe a poca cosa. Pero sí voy a decir una cosa: el diseño del iPhone 5 es una delicia.
Y lo digo contradiciéndome a mi mismo, después de haber mirado de soslayo durante meses las piezas que iban apareciendo y haberme quejado públicamente de algunos detalles de la parte trasera. Y sin embargo aquí estoy, mirando las imágenes y vídeos oficiales, las primeras tomas de contacto y reseñas, con ojos de enamorado.
Sí, el 28 de Septiembre haré cola para hacerme con uno. Principalmente por sus prestaciones, pero también por su diseño. Un diseño que bien visto parece ideado para rescatar el vínculo perdido con aquel primer iPhone de marco plateado; un diseño icónico que dejamos atrás con el iPhone 4 pero que ahora recuperamos en cierta forma gracias a los diamantes que tallan los bordes convirtiéndolos casi en un espejo. Tiene lo mejor de dos mundos. Por eso creo que el iPhone 5 es el mejor iPhone, algo que lo convierte de paso en el mejor smartphone hasta la fecha.
En Applesfera | Apple presenta el iPhone 5, más delgado, más potente, mejor