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Sí, sí fue un gran día para los innovadores

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Juicio de Apple contra Samsung

Nuestro compañero Antonio Ortiz publica en Xataka su punto de vista sobre las posibles consecuencias del juicio que ha enfrentado a Apple y Samsung en los tribunales estadounidenses tras otorgarle la victoria a la compañía de la manzana. El artículo, de obligada lectura, presenta algunas conclusiones sobre las patentes y la innovación que piden a gritos una respuesta en la que se refleje la otra cara de la moneda, así que… ¡al abordaje!

Patentes y patentes de software

Una patente no es otra cosa que un monopolio que concede el estado durante un periodo de tiempo a un inventor, de forma que solo él o quien él decida puede ofrecer en el mercado lo inventado. La clave es que la idea original es proteger a los innovadores, especialmente a los más pequeños bajo el supuesto de que un gigante en el mercado que copiase su innovación le impediría sacar rendimiento a la misma. En definitiva, se trata de limitar la puesta a disposición de todos del conocimiento generado a cambio de incentivar la innovación por la vía de otorgar permisos exclusivos a los creadores.

Todo el mundo parece estar de acuerdo en que las patentes de software están mal, que el sistema de patentes es una lacra para la innovación y que su objetivo como un instrumento para proteger a los pequeños frente a los grandes (con recursos ilimitados para coger cualquier idea y llevarla de forma masiva al mercado enterrando a su creador original) se ha vuelto contra estos, impidiendo que los pequeños emprendedores puedan crear nada sin infligir al menos 20 patentes absurdas propiedad de alguna gran corporación.

Voy a jugármela con esto: al sistema de patentes no le pasa nada y por cierto, no existe tal cosa como las patentes de software como tampoco hay una categoría diferenciada para las patentes de artículos del hogar. Todas son patentes, y por más que me lo expliquen, no veo motivo alguno por el que el inventor de la fregona merece el derecho de proteger y explotar su hallazgo y el del efecto muelle de las interfaces táctiles no.

Por supuesto que no se debería de poder patentar cualquier cosa, pero es que de hecho no se puede. Y cuando se otorga una por error o falta de juicio de la oficina de patentes correspondiente, eso tampoco impide que a un juez no le tiemble el pulso lo más mínimo a la hora de invalidarla. ¿El sistema es infalible? No, ninguno lo es, pero para eso están los recursos.

Ideas obvias… cuando triunfan

Cuando Apple lanzó el iPhone hasta el último hijo de vecino de la industria sintió la imperiosa necesidad de criticarlo por la ausencia de botones. Cinco años después, lo raro es encontrar un smartphone que los tenga, y quienes más tardaron en subirse a ese carro fueron lo que más sufrieron en el proceso de transición. “Era la evolución obvia” dicen restándole mérito de forma interesada al salto al vacío que dio Apple apostándolo todo a su interfaz multi-táctil.

Hacer una doble pulsación para ampliar no era “la idea inmediata de pulsar sobre algo para verlo mejor” hasta la llegada del iPhone del mismo modo que mover un cursor por la pantalla con un ratón tampoco lo era hasta el Macintosh. Lo mismo se aplica a todas las patentes en juego y es que aunque a tiempo pasado todo es siempre muy obvio, lo complicado es ser el primero en dar con una solución y ponerla en el mercado… especialmente cuando nadie creía en ella hasta que resultó ser un tremendo éxito.

Más allá de las esquinas redondeadas

Samsung vs Apple

Voy a aclarar otro punto antes de proseguir por si alguien aún duda: Apple no ha demandado a Samsung por crear productos con pantallas táctiles y esquinas redondeadas. Apple los ha demandado por plagiar durante años cada detalle del iPhone y el iPad con un descaro tan absoluto que roza lo ridículo.

Existe más de una forma de diseñar un tablet o un teléfono y hacer un mal calco del diseño de un dispositivo, su interfaz, características clave, accesorios y embalaje no es algo que ocurra espontáneamente de forma casual. Es intencional, premeditado y, ya que estamos, lo que ha colocado a Samsung donde está ahora mismo dentro de la industria móvil: ofrecer “lo mismo que Apple por menos precio” (nótese que las comillas abarca desde “lo mismo” hasta “menos precio”).

“Es desafortunado que la ley de patentes pueda ser manipulada para dar a una compañía un monopolio sobre rectángulos con esquinas redondeadas” – Comunicado oficial de Samsung

Surface tiene bordes redondeados y una pantalla táctil que ocupa toda la parte frontal y Apple lo ha puesto de ejemplo de buen hacer junto a los Xperia Arc de Sony y los Lumia de Nokia. Hasta el momento, Apple no ha intentado poner poner puertas a la innovación con sus demandas, ha intentado detener las fotocopiadoras. Simple y llanamente.


El futuro de Android

Volviendo al tema de las patentes de software, la innovación y el panorama desolador dibujado por Antonio Ortiz de “una industria menos innovadora, menos competitiva y definitivamente más fea” que según Samsung “redundará en menos opciones, en menos innovación y en precios potencialmente más elevados”, mi apunte principal es que el futuro de Android no puede ser el futuro de un sistema que coge lo que quiere de donde quiere poniendo la innovación y el bien de los consumidores como excusa. Android debe dibujar su propio futuro apostando por sus propias ideas, diferenciándose del resto, y ofreciendo a los consumidores lo que Apple o Microsoft no les den.

Parafraseando a Pau Vila en Xataka, la decisión del jurado beneficia a los consumidores porque no va en contra de la competencia, sino en contra de la competencia poco original. La única conclusión posible es que sí fue un gran día para los innovadores.

¿Consideras que una patente de Apple se ha vuelto ubicua y quieres utilizarla en tu producto? Paga una licencia y hazlo. ¿Crees que puedes hacerlo mejor o de un modo diferente? ¡Mejor! Más opciones para todos. ¿Desbloquear la pantalla deslizando un icono es el único modo de hacer esta acción? No lo era antes del iPhone. ¿Porqué tiene que serlo ahora? De nuevo, ahí tenéis a Microsoft y su desbloqueo basado en gestos pre-grabados sobre una imagen.

Xerox. En busca de la analogía perdida

Xerox vs Apple

Comparativa de la interfaz del Xerox Alto y el Macintosh

En 1989 Xerox demandó a Apple acusándola de haber robado su trabajo para desarrollar la interfaz gráfica del Lisa y el Macintosh. Si hubiesen ganado la historia de la industria informática podría haber sido muy diferente, especialmente teniendo en cuenta que el único motivo por el que Microsoft pudo copiar la interfaz gráfica y lanzar Windows fue el ambiguo acuerdo cruzado de licencias que habían firmado ambas compañías a cambio del desarrollo del Word y Excel originales.

Pero no ganó. Xerox perdió aquel juicio y todo parecido con la situación actual termina antes de comenzar. Apple no copió un producto de Xerox como ha hecho Samsung con el iPhone; Apple copió una idea, y lo hizo bajo el conocimiento explícito de los directivos de Xerox, que fueron quienes, para horror de los científicos del Xerox PARC, accedieron a mostrarles su tecnología a cambio de poder participar en la segunda ronda de financiación de Apple en verano de 1979.

Xerox compró 100.000 acciones por unos 10 dólares cada una y cuando un año después la compañía salió a Bolsa, el valor de las acciones de Apple se multiplicaron hasta convertir aquella modesta inversión en 17,6 millones de dólares. Por supuesto, Apple se llevó la parte más dulce del trato, y su breve vistazo a la interfaz gráfica basada en mapa de bits, una tecnología que dicho sea de paso estaba siendo ignorada por los altos cargos de la compañía, les quitó un velo de los ojos.

Tras el descuido de Xerox, Apple cogió su idea y la plasmó desarrollando por si solos muchos de los elementos característicos de las interfaces de usuario actuales y que no existían en el prototipo de Xerox, incluyendo la posibilidad de arrastrar ventanas y archivos, crear carpetas, cambiar el tamaño de las ventanas y superponerlas unas sobre otras, además de mejorar el concepto del escritorio mediante atractivos iconos, menús desplegables o la capacidad de abrir archivos y carpetas con un doble clic.

Así que no, no es lo mismo. A Apple le enseñaron (voluntariamente) un trozo de carbón y lo pulió hasta obtener un diamante. Samsung no solo ha tratado de copiar la idea del iPhone, también su ejecución, y en algún lugar hay que marcar la linea.

Dicho esto, tan solo me queda tranquilizar a los fans de Star Trek. Que no cunda el pánico, vuestro futuro también está a salvo. Las patentes actuales de Apple serán de dominio público dentro de unos pocos años, nada que pueda preocupar a los miembros de la federación del siglo XXIV.

En Xataka | No, no fue un gran día para los innovadores
En Applesfera | El veredicto final del juicio: Samsung es declarada culpable por infringir varias patentes de Apple y Tim Cook envía una carta a sus empleados acerca del veredicto del juicio contra Samsung




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