Hace pocos días Apple sorprendió a todo el mundo retirando sus productos de la certificación EPEAT tras años de esfuerzos para respetar el medio ambiente. La pregunta que se hizo todo el mundo fue: ¿Por qué? Todos los medios han hablado de ello con sus propias opiniones, y Apple al fin ha comunicado oficialmente sus motivos a través de un portavoz a The Loop.
Dichas certificaciones, según el portavoz de Apple Kristin Huguet, no cubren la fabricación de dispositivos móviles. Y todos sabemos que los dispositivos móviles se han convertido en un pilar para la compañía de Cupertino:
Apple se preocupa de medir su impacto medioambiental y todos sus productos respetan los estándares más estrictos de eficiencia energética exigidos por el gobierno de los Estados Unidos, el Energy Star 5.2. También somos líderes en comunicar la cantidad de gases que nuestros productos emiten, y somos superiores en otras áreas medioambientales que las certificaciones EPEAT no miden.
Básicamente, lo que está diciendo Apple aquí es que para ellos las certificaciones EPEAT son antiguas y ya no ven razón para seguir adoptándolas. Eso deja bastante claro que Apple no ha dejado simplemente de respetar esas certificaciones por las razones que sea, sino que prefiere respetar estándares más modernos.
La mala noticia es que por muy razonable que sea este movimiento según Apple, éste ya está provocando las primeras consecuencias. Según el Wall Street Journal, miembros del ayuntamiento de la ciudad de San Francisco ya planean dejar de adquirir ordenadores de Apple para las agencias municipales. La directora del departamento de medio ambiente de San Francisco ya ha expresado su “decepción”, con esperanzas de que Apple reconsidere su decisión al ver que la famosa ciudad dejará de ser un canal de ventas.
A partir de ahora todo serán conversaciones entre Apple y los organismos que se han tomado mal este movimiento, aunque no creo que esto afecte ni a la decisión que han tomado los chicos de la manzana mordida ni a los productos finales que salgan al mercado.
Vía | The Loop y Wall Street Journal